Hace ya algunos meses, ocurrió en un sábado tarde, estábamos reunidos como es habitual la gente del PES, cuando, echando un partido, empezó a llover. Hasta ahí todo normal. Lo que sucedió es que empezó a granizar como si se cayera el cielo. Media hora de granizo intenso del tamaño de perdigones. Eso y las varias horas de lluvia convirtieron a la ciudad en un caos literal. Zonas en vías inundadas con más de dos metros de nivel, calles llenas de hojas arrancada por la fuerza del granizo en el suelo, placas de hielo en la calzada. En conclusión un desmadre. El desorden duró varios días. Un evento insólito. Muchos dijeron que era por el calentamiento global, otros que si era un vaticinio del fin del mundo, bueno, yo creo que fue consecuencia del estúpido calor que lleva haciendo desde hace unos meses. Ahí os dejo algunas fotos que tomé durante y después de la gran-granizada que tomé con el celular en casa de Nahuel.
¿Estuvo o no estuvo cabrón?
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