Ni temblores, ni epidemias. Lo que va a derrumbar mi casa es la obra que han empezado los vecinos de arriba. Y es que da igual los temblores y réplicas de 5,6 y 5,7. El pasado lunes empezaron a golpear paredes con sus mazas a las siete de la mañana. Como os imagináis, me despertaron. Una vecina y yo salimos para llamar la atención, pues por ley (sí, a veces funciona a favor del pueblo) no pueden hacer ruido hasta las nueve de la mañana, en España es a las ocho. Tras el toque de atención se calmaron, yo aproveché y me fui a migración (que ese es otro tema).
Cuando llegué, a eso de las once las imágenes de abajo me enseñaron de la que me libré.¡Tachán!
La foto no es de lo mejor... ¡pero tampoco soy perito!
La foto no es de lo mejor... ¡pero tampoco soy perito!
La verdad es que le debieron de zurrar tan fuerte que la burbuja de cristal que cubría la bombilla del cuarto de baño debió de soltarse y se estrelló contra el suelo. Y estaba tan cansado y como me urgía, pasé de reclamar y me fui al taller a trabajar. Espero que las obras no duren mucho más y que la casa lo resista...
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