Hace unas semanas fueron carnavales. Y seguro que muchos os preguntáis ¿De qué se disfrazó esta vez Fhil? Pues el Fhil no se disfrazó, es más, al descubrir que en el DF no se celebra el carnaval (no hay lugar para nosotros, los paganos) me vi obligado, una vez más, a migrar hacia donde rezaba la leyenda que era de los mejores carnavales de la república. Más tarde descubrí que no era difícil pues en más de la mitad del país no se celebran... En fin, todo esto para contaros que me fui a Veracruz a carnavalear y como vía de escape del DF porque no veas cómo absorbe...
Volviendo al tema, el plan era sencillo, tirarme el fin de semana allí, en casa de mi amigo René (lo conoceréis en las fotos) que conocí en Morelia, enfiestarme unos días y regresar a la gran metrópoli. Y la primera parte así fue, me hospedé en casa de mi coleguita, no sin antes realizar mi amistad del viaje: Jon, un hawaiano de unos 29 años que me hizo/le hice compañía en nuestro viaje de ocho horas en el autobús de segunda clase sin lavabo (imaginad porqué remarco la última característica). Dicho este inciso, René me guió por las rutas fiesteras de la ciudad en especial de Boca del Río (antiguamente alejada de Veracruz pero que actualmente y debido a la extensa demografía se hayan unidas). Aquí he de decir que objetivo cumplido, nos enfiestamos bien, conocí gente muy agradable y divertida (y ay como diga lo contrario, jajaja, más referencias, fotos más abajo).
Finalmente empezó el carnaval, cabe decir que yo llegué una noche antes. El desfile empezaba como a las ocho o por ahí, mientras tanto la comitiva se reunía el primer día el escuadrón fue de unas quince o veinte personas, al principio un poco fríos conmigo luego ya el alcohol hizo el resto. ¿Mientras tanto qué podíamos hacer? Pues beber, y bien barato, así que empezamos a calentar motores.
Empieza el desfile, hay comparsas para todos los gustos, y al principio todos tranquilos... a la hora, ya aburridos bajamos a de las gradas en las que estábamos para, ya una vez ebrios, mezclarnos con las comparsas, bailar, seguir bebiendo, hacernos fotos con gentes de las comparsas y con desconocidos (al menos para mí).
Termina el desfile, son las diez de la noche, el cuerpo pide más.
–¿Y ahora qué?
–Nada, para casa.
–...
Para la casa, el carnaval moría con el desfile. Lo que seguía después lo podéis hacer vosotros en vuestra casa, beber. Esa fue la gran decepción y es que quienes han estado en carnaval en Sitges, ya saben de lo que hablo...
En fin, me quedaba un día más y me regresaba. Cuando de repente un tercer factor se interpone a mis planes, no es una chica no os hagáis ilusiones y si así fuera tampoco os lo contaría, Aldo. ¿Y quién es Aldo? Aldo es Junior, o mejor dicho es el otro tipo que conocí junto con René en Morelia. Sí señoras y señores, el trío Calavera se juntaba de nuevo. Así que decidí posponer mi partida por verlo.
No cabe decir que el trío Calavera hizo de las suyas, bebimos y reímos, y sobretodo albureamos (alburear es como se le llama en México al hablar en doble sentido) como nunca, la mala influencia que ejerce René sobre nosotros es palpable en esos momentos. Pero de lo más rescatable de nuestro encuentro, aparte de Soda Stereo y "En la ciudad de la furia" a las seis de la mañana, fue el vivir mi primera 'mordida'. La 'mordida' es como se le llama aquí a cuando un policía te para y tú le sobornas o como ya es una hábito te obliga a sobornarlo aunque él no quiera, o debería decir aunque tú no quieras... en fin, a eso se le llama mordida. La verdad es que me lo creía pero se me hacía muy fantasioso, hasta que lo viví con mis propios ojos...
Y la historia es la siguiente.
El trío calavera, es decir Aldo, René y un servidor, estábamos tomando tranquilamente en un disco-bar (la Casona para los entendidos) cuando decidimos que el ragatón, aunque sea en directo, no mola y por tanto migramos hacia el coche para encontrar un oasis más acondicionado a nuestro gusto. Subidos en el coche (carro o auto aquí), René como piloto, yo como copiloto y Aldo como paquete... Arrancamos y nos vamos en busca de otras disco-bares. Sin tiempo a poder hacer la primera visita, un coche de Tránsito (véase como Tráfico de España) al que habíamos adelantado nos hace el juego de luces y nos paramos. En mi mente un "mierda lo sabía" cruzó fugaz. Y es que pese a que no íbamos borrachos ni nada por el estilo a René se le olvidó ponerse el cinturón. Y así fue como un poli se asoma por la ventanilla del piloto y le empieza a acosar con preguntas del tipo "¿Ha bebido?" y tal, vamos quería ver por dónde le podían pillar. En fin que le hacen bajar del coche, cosa que aprovechamos Aldo y yo para platicar sobre lo que pasa. Al poco rato, un par de minutos, se abre la puerta del piloto y se mete el policía que había interrogado a René. Arranca el coche y nos dice que vamos a Tránsito para que le hagan la prueba de alcoholemia (la cual iba a dar negativo porque sólo llevaba una cerveza en el cuerpo). A su vez, Aldo que es licenciado (aquí los títulos se usan mucho) en derecho internacional empieza a hostigar al policía recordándole que estaban actuando ilícitamente tomando el vehículo de un individuo que no se encontraba de estado etílico y blablabla... También le decíamos que no había bebido nada (mentira), aprovechando que tenía la mano vendada, porque se estaba medicando (mentira). Que si mañana íbamos a Xalapa (verdad) y ya nos íbamos a la casa (mentira) porque teníamos que madrugar (verdad en lo de que 'teníamos' mentira lo de 'madrugar')..., etc. En fin que ya llevábamos un rato rodando y ya empezamos a negociar, insinuando si no había forma de "arreglarlo sin tanto trámites" y tal. Y el tipo como que ya se le veían las intenciones pero el que mandaba era el que manejaba llevando a nuestro querido René, medio secuestrado. Total, que al rato, el jefe (para que nos entendamos) le hace el juego de luces a su compañero para que nos detengamos. Nos tenemos y el poli se baja. Esperamos... Se abre la puerta del piloto (de nuevo). Aparece René y nos dice: "Quieren ciento cincuenta pesos". Yo me miro la cartera y pienso: "Hijos de PUTA" (llenando la boca de mi menta con la última palabra). De pronto sale Aldo diciendo: "Yo me encargo". Y yo pensando: "Madre mía...". En fin que me quedo sólo en el coche, esperando... esperando... Hasta que ya mosqueado, salgo, veo venir hacia el coche a René, yo avanzo hasta el maletero del coche cuando al llegar oigo: "Sol, dos; águila, ninguna". Alzo la vista y ahí veo a Aldo de espaldas lanzando una moneda al aire, debían de ser como las dos de la mañana, y uno de los policías al lado de mi colega controlando que no hiciera trampas y el otro, el jefe, asomándose por la ventanilla intentando estar pendiente de la escena. "¡Sol!". Aldo recoge la moneda y se acerca al maletero del coche y me dice: "Ayúdame". Y ahí pensé: "¡Madre mía, este lleva una recortada!". Abrimos su maleta, hay que recordar que Aldo acababa de llegar a Veracruz esa misma noche, mete la mano al más no poder y saca una ¿gorra? y justo para dársela al poli que acababa de llegar y que la cogió y se la fue a enseñar al jefe. Yo aproveché para preguntar de qué coño iba todo este asunto. Me dijo que se jugó a un "volado", mordida pagada en gorras o nada, arguyendo que no llevábamos dinero encima. El poli volvió: "Esta no le gusta". Yo pensando: "No me lo puedo creer...". Yo pensando por segunda vez: "¡Qué morro!". Poli: "¿No tienes del Chivas?". Aldo: "Nooooo, de esas no llevo. Dime otra". Poli: "Los Tiburones Rojos". Aldo: "Toma las dos". Poli: "Gracias, buenas noches". Yo pensando muchas cosas: "No me lo puedo creer...". A todo esto el Chivas y los Tiburones Rojos son equipos de fútbol. René durante ese tiempo, aparte de ver mi perplejidad anduvo paseándose entre el coche y el jefe. Finalmente nos dejan ir tras haber pagado una mordida de dos gorras de supuesta "alta calidad" como bien les había vendido Aldo (que a eso se dedica), a él le habían costado treinta pesos cada, es decir, se pagaron sesenta pesos en gorras en lugar de los ciento cincuenta pesos que pedían... Después de eso, y aparte de hacernos reír un buen rato con toda la situación, regresamos al disco-bar inicial y ahí ya sí nos emborrachamos a la salud de esos dos 'weyes'.
En fin, la historia de una mordida, creo que fue lo más bizarro del viaje, jajajaja. Bueno ahora ya os dejo con las fotos y los típicos comentarios, más alguna historia que surja sobre la marcha.
Ahí le andábamos para la fiesta, era el último día de carnaval...
Aquí a la Miss del carnaval (creo...).
A mí o me la acercaban más o no os sabría decir...
Cobertura aérea del evento. El tucu-tucu no paraba de pasarse por encima de nosotros. Hasta parecíamos ser importantes y todo...
Ésta fue de las primeras comparsas en el primer día del carnaval, las "Doñis". Auténticamente geniales.
Esta mierda disparaba confeti al aire apuntando con su cañón. Yo quería tomarle una foto disparando pero los muy tacaños no lo hacían, y eso que era el primer día de las fiestas.
Yo lo sabía... ¡¡La fuerza estaba de nuestro lado!!
La comparsa de la ciudad, políticamente correcta. Enarbolando el lema de: "El primer municipio de América". A mí se me ocurre que son unos convenidos...
Chicas fresas, con ropas fresas. No sé ni qué pintaban en esa carroza.
¿Veis la luz? Pues más a la derecha, aún, por ahí seguía estando hasta la madre...
Modificación del cuento, el lobo se disfrazó de caperrucita... Pobre cazador...
Esto es de lo que más abundaban... carnes frías.
Ahí hay un montón de gente que no sé quién es, me la presentaron, pero me presentaron a taaaaaanta gente... En fin foto de grupo del primer día.
A mí me gusta Supermán® pero me quedo con Supergirl®.
Como comprenderéis no es lo mismo...
He aquí a Liliana y a Manuel, acojonando a un digno señor mientras nos hacemos una autofoto.
René dispara una autofoto en la que él mismo se saca de encuadre y yo que soy tímido y me escondo detrás de la vara...
¡Siempre quise tener una foto con un PeNe!
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Foto de grupo, día dos. Manuel, un servidor, René, Liliana y un indignado Matas.
Creo que se enojó porque me quedé con la cerveza.
Los de antes un poco más felices.
El digno señor de antes, pero algo menos acojonado.
Uy... esta foto tiene historia.
En el día dos de la fiesta, René y yo nos íbamos metiendo por entre las comparsas haciéndonos fotos estúpidas con los integrantes de éstas. La cosa fue que apareció una comparsa de trogloditas (literalmente) disfrazados de Pedro Picapiedra. Y ya os imagináis lo que pensamos: "¡Foto!". Así que nos pegamos a unos tipos y nos marcamos unas autofotos como dios manda. Cuando nos disponíamos a salir de la comparsa no nos dimos cuenta que la atravesamos enterita invitado a esos hijos de sus madres a que nos incharan a garrotazos. Garrotes fabricados con botellas plástico (muy duras por cierto) reforzadas con cinta adhesiva industrial... El caso es que no sé si fue porque me vieron cara de "güero" (blanquito, extranjero) o qué, pero sé que yo recibí un buen número de hostiazos produciendo un montón de risas a mi paso. Al cabrón de René apenas le tocaron ¬_¬'
En fin, algo de jaqueca y una sobada de culo por parte de un maricón que pasaba en comparsa aprovechando mi aturdimiento, lo mejor de eso fue ver la cara de Manuel al ver a ese güey meterme mano y mi cara de: "¿Qué coño está pasando?"
La felicidad reside en una Caguama de plástico (de dos litros) rebosante de oro líquido, rellenable.
Cada uno a su bola:
La mujer: "¿Y éste wey?"
Fhil: "Glup, glup, glup, glup, glup,..."
Ahí tenemos a Mr. Volado o Junior o simplemente Aldo. A René que ya le tenemos muy visto y a mí mísmo, aún más visto. Foto entrada ya la noche.
Bueno el disco-bar del que os hablé antes. La Casona.
Yippi, yippi hey! Ragatón in live!
Este video contiene alto contenido sexual, se recomienda que los niños y las personas con afecciones cardíacas se abstengan de vislumbrar este audiovisual.
Nota del Editor: ¡Madre mía!
Pues para cerrar...
Dr. Wagner (o a alguién parecido a él) y yo diciéndoos "gú bay!".
Si es que nos hemos vuelto íntimos, tanto que ya hasta salimos de fiesta juntos.
¡Hasta la próxima!