viernes, 4 de septiembre de 2009

Guatemala, fin y principio de otro año



Hace poco menos de un mes, tuve que salir de México por cuestiones migratorias, para seguir estando legal en el país, y tras varios posibles destinos escogí Guatemala. Nos os voy a narrar el viaje como he estado haciendo anteriormente por diversas razones, una es porque no fue un viaje como los otros pues aunque lo disfrutara era por necesidad y no iba con todas las ganas con las que debiera haber ido; la otra es porque la verdad me da mucha pereza y voy hasta los topes de trabajo, pero tampoco quiero que os perdáis muchas de las fotos que hice.

El viaje fue duro, pues fueron dieciocho horas en autobús desde el DF hasta la frontera con Guatemala en Talismán. Cruzar una frontera a pie fue algo muy nuevo para mí. Sobretodo a las cinco de la mañana. Allá entregué mi FM3 y con ello todo lo malo que me ha pasado en México (para eso buscad EDINBA en mi blog). Después de pasar la frontera. Llegar hasta Ciudad de Guatemala me llevaron siete horas más. El recorrido fue hermoso, si algo puedo decir de Guatemala es que es verde y con muchas más construcciones coloniales que México. Llegué a la capital algo preocupado, primero sabiendo que es una ciudad peligrosa (para ello ver las noticias en los periódicos) y segundo era el preguntarme cómo conseguiría contactar con mi amiga la chaparrita que también andaba por esos rumbos. Sólo hice dos días pues estaba muy incómodo, es un lugar muy hostil. Finalmente conseguí salir ileso y contacté con la chaparrita. La siguiente parada, Antigua.


Máis aunténtico e impossíbile.

Antigua es una bonita ciudad colonial que mucho tiempo antes llegó a ser la capital, pero tras un terrible terremoto quedó destruida y se trasladó hasta la actual ciudad de Guatemala. Las pros y contras de Antigua es que es una ciudad bonita, realmente bonita, tristemente es de un nivel turístico altísimo, desde que crucé el charco nunca me había cruzado con tantos españoles... Además los índices de inseguridad son tan altos en Guatemala que Antigua es una de las opciones preferidas para usarla como base, pues tiene mucho control policial tanto es así que me encantó ver una chapa (botón en México) en un policía al que le pedimos indicaciones que decía "Yo no soy corrupto, ¿y tú?", un detalle increíble si se entiende la situación en centroamérica, y México también.
La foto de arriba me pareció increíble ver una señal de stop con tanta identidad.


Strangers in the night... nainonainonaaaa...


Antigua, rodeada de tres volcanes verdes. La naturaleza por doquier.


Me he enamorado de esta foto, desayunar y encima poder tomar una instantánea así, es todo un regalo.


Restos de la iglesia de San Jerónimo.


La cripta en el monasterio de Santo Domingo.


¡Y huesitos!


¡Y esqueletito!
Sigo en la cripta.


Mirando de hacer foto-postal.


La verdad, no sé qué era esta foto, pero me gustó.


Reza: Antigua sin barreras.
¿No os parece maravilloso?


Las zonas de minusválidos o de parking de motos se señalizaban así.


¡Guau! Me aburro. No os imagináis la de animales que hubieron en mi viaje esta vez...


Antigua, con sus turistas y todo.


Una foto típica y el volcán de Agua (es el nombre, no es que escupa agua, ¿eh?) de fondo.

Aprovechando que estábamos en Antigua y como me habían dicho que se podía contratar un paquete para ir a ver un volcán y sus ríos de lava, no me lo pensé dos veces y me lancé para allá. El volcán en cuestión era el Pacaya, y pese que no fue nada del otro mundo, sí que fue una buena experiencia.
*Aunque me quedé pensando que en el National Geographic son más impresionantes.


Desde las faldas del humeante volcán...


No falta el típico que se queda dormido en los viajes a este tipo de excursiones y es que había que guardar fuerzas para las tres horas de ascenso que nos esperaban...

Nuestra guía, la chaparrita y el volcán de agua, todo a 2000 mts de alt.


De derecha a izquierda: Volcán de agua, fuego y ecatepec.


El Pacaya y Clymond, un coleguita de la france.


Aún nos quedaba todo eso, y eso era lo más difícil.


Ojo, ¿es el hombre de Marlboro? ¿Qué hacía en Guatemala?
¿Vacaciones? Todo un misterio.


Tanto polvo es ceniza y por donde bajan son un montón de piedras volcánicas super ligeras. Todo el volcán estaba así.


Ya estamos en la mitad de la foto de antes. Y si nos había costado aún quedaba lo peor :s


¡Y llegamos... ¿al infierno?
Calor, viento y estas formaciones rocosas algo dantescas.


¡Toma lava! Es como un Blandy Blup más espeso, más lento y más incandescente que no fosforescente pero que también.


No hubo quien no aprovechara para derretir algunas nubes "a fuego lento" del volcán.


Desde la cima una postal...


... y aquí algo más épico en panorámica.


Regresar de noche era peligroso sin un guía, pero no perdía su encanto.


Y bueno, foto testimonial para que no me digan que saqué la foto de Google o del Flickr. En la foto la chaparrita y un servidor, con caras de cansados y despeinados, pero sin perder el ánimo.

¿Y qué vino después? Porque sí hubo más. Pues nos fuimos a Atitlán. Atitlán es una laguna rodeada de pueblitos en su orilla y evidentemente, rodeada de volcanes, verde y mágica con pescadores navegando en sus barcas faenando tranquila pero constantemente. Para ello agarramos un camión, bueno en realidad fueron dos camiones y una lancha (con la que discutimos), y nos presentamos en San Pedro la Laguna. La chaparrita ahí me abandonó y yo me quedé cuatro días en una cabaña de lujo con arañas y un mal somier, en donde establecí mi base de operaciones. San Pedro es un lugar maravilloso, lleno de extranjeros que van a aprender español, la gente te saluda siempre al pasar, y una cerveza Moza en La flor del Café, hace que uno se sienta cómodo en un pueblo diminuto. Además me abrió los ojos y descubrí a los maravillosos Tuc-Tuc, unos triciclos motorizados con mucho encanto que funcionan a modo de taxis. Desde San pedro aproveché para descansar y relajarme un poco de toda la tensión que me cargaba Guatemala. Desde ahí visité Santiago de Atitlán (muy feo y sucio) y Chichicastenango o simplemente Chichi un domingo de mercado. Luego comenzaría mi regreso a Ciudad de México.

A ver, fotos, empezamos por la cabaña en la que viví cuatro días:


Vistas de lujo al volcán San Pedro. Guatemala está plagada de volcanes. Ojo que tenía hasta hamaca.


Acogedora, ¿eh?


Y del otro lado igual de acogedora :D


Y este es Bruno o Brunelle, porque no sé cual era su sexo, yo sólo sé que estaba soleándose en mi terraza.


Aquí un plano más corto de mi compañera/o de cabaña.


Luego uno de los días hubo una super tormenta y se fue la luz un rato largo, ¿y a que no sabéis quién me dio luz?


¡Un gato negro!

Pues esto era sólo la cabaña, ahora San Pedro:

Desde una de las callejuelas de San Pedro se podía ver la Nariz del Indio, ¿la véis?


Constantemente se podían ver imágenes como estas si te acercabas a la orilla de la laguna.


Oh..., es Tuc - Tuc mon amour...




El volcán San Pedro.


Una de las dos calles principales de San Pedro... a lo lejos un Tuc - Tuc.


Una parada en el camino.


Poco qué hacer, más que disfrutar del paisaje.


Hay cosas que no cambian.


Esto es lago Atitlán...






Yendo hacia Santiago de Atitlán en el barco, bueno sobre el techo del barco.





Un domingo, aprovechando mi cercanía decidí acercarme a Chichicastenango (Chichi), donde supuestamente se monta el mercado más grande Guatemala y algunos hasta dicen que de Centroamérica... La verdad es que pese a que es extremadamente turístico tiene su encanto y el estallido de color es altamente notorio en todo el mercado. También tuve la suerte de que ese día salía la cofradía paseando a no sé qué virgen por el pueblo.


La cofradía de la vírgen que decía antes.


¡Color y gente por todas partes!




Me enamoré de este cementerio, pero no era recomendable acercarse demasiado, por seguridad.




Dentro del mercado de hortalizas y verduras, muy concurrido.


Hasta los topes de gente.


La cofradía presentando a la virgen.






Color por todas partes, estoy saturado.


¡Verduras, verduras, verduras!


Y mientras unos compran, otros se cortan el pelo.


La señora de las flores que me encandiló.


Si la tienes en acero inoxidable me la llevo...




Y el mercado de Chichi visto desde arriba. Impresiona, ¿eh?


¡Boooom! ¡La virgen ya está aquí!







El día después inicié mi regreso a México. Fue una odisea de seis horas a través de cuatro camiones (autobuses) y un taxi hasta la frontera. Luego una combi de la frontera de México a Tapachula y seguido dieciocho horas en autobús. Eso y cinco retenes de migración de los cuales en uno me hicieron bajar del autobús, según porque se andaban falsificando muchos pasaportes como el mío...
En fin, un viaje peculiar por unas razones peculiares.
Con esto se podría decir que se acabó mi primer año y empieza la segunda tanda.
Abróchense los cinturones que empieza al segunda temporada de El nopal noticiero ;-)

2 comentarios:

Unknown dijo...

Uy!!!

casi te fries los pies!!!!

jajajaja!!!

que chulo tu viaje!!!!

me alegra mucho, que despues de todo haya terminado bien! ;)

Catalina Carvajal dijo...

¡Qué buen viaje! Y tus fotos de postal están buenísimas.

Es una pena que viajar por México (que ya no se si está en Centro o Norte América, pues cada quien da la versión que más le conviene a la geografía por no decir que a la economía), Centro y Sur América tenga su carga terrorífica. Otras personas podrían llamarle: adición de adrenalina. Lo increíble es que, a pesar de las muchas recomendaciones para salvaguardarnos de 'tanto mal', logramos disfrutar de los viajes.

San Pedro parece alucinante, ya me quiero subir en un Tuc Tuc, por el placer de decir Tuc Tuc cada vez que cuente la historia. Tuc Tuc, Tuc Tuc, Tuc Tuc, y así, hasta que me quede sin saliva.

La cabaña que te acogió me recordó una en San Miguel Amatlán, en la sierra de Oaxaca: sin tele, sin radio... Despertar con la visión infinita de la sierra era sublime (suena a cliché, pero nada que hacer). El pueblo tenía sólo un comedor (una tienda adecuada con mesas y sillas de distinta procedencia), un campanario (el de la única iglesia), un señor del pan de yema (quien además administraba el comedor, criaba pollos y tenia un cargo en el ayuntamiento). Incluso una señora de lo más apapachable me curó el empacho (aunque haya sido por pura sugestión) con piedras calientes envueltas en hojas aromáticas. Uf ya quiero volver.

No me queda más que desearte muchos y bueno viajes. ¡Ah! y que sigas alimentando tu blog.

PD: Casi meo los pantalones con tu apunte sobre el hombre Marlboro.